Carlos Guerrero Barragán
1 h ·
¡Cómo pasa el tiempo, que de pronto son años!
Porque parece que fue ayer cuando unos pocos amigos nos armamos de un taladro y el equipo de progresión en barranco y realizamos la primera travesía de la Sima del Diablo. Pero no, fue el 3 de septiembre de 2003, hace casi 14 años.
Pero lo que quiero compartir es cómo ha cambiado la concepción que se tiene ahora de un espacio que antes era, más o menos, un lugar al que no se le echaba cuenta. De hecho, la existencia del barranco dificultaba la práctica de la agricultura y otras labores del campo. Sin ir más lejos, la construcción de acequias para riego.
Pensaba en esto el otro día porque Júzcar se ha convertido en la capital serrana del barranquismo de iniciación, sobre todo debido a que en invierno también tiene un gemelo, el Barranco de Majales, más abierto pero que se seca en verano.
De modo que este fin de semana han estado trabajando en la Sima del Diablo almenos siete empresas de turismo activo diferentes, la mayoría con sede en nuestra comarca pero también de fuera. La media de estos grupos viene a ser de unas 10 personas, siendo raras las parejas o los grupos muy numerosos, pero también los hay. Esto, aparte de los usuarios que vienen por libre. De modo que hablando en términos económicos y suponiendo que cada día entren unas 50 personas a un precio medio de 45 euros (y estoy siendo conservador en esto) genera en la temporada alta (he supuesto sólo 3 meses) casi 200.000 euros de forma directa. Que esto se va en salarios de los guías, materiales, beneficios de las empresas y demás. Es imposible saber el movimiento económico asociado en las actividades que (fíjate tú) aquí son complementarias, como el hospedaje o la comida.
Ojalá pudiéramos saber cuántas personas y empresas han estado ya allí, pero seguro que la repercusión es de enormes dimensiones. Y no hablo sólo de economía.
No estaría de más que los que gestionan nuestros pueblos tomaran nota y le pusieran algo más de cariño a las ferratas, las escuelas de escalada, las cuevas, los barrancos y los senderos. Y que fuéramos capaces de gestionar su posible impacto en el medio.
Por si no lo has leído, he aquí el artículo que escribí entonces para la desaparecida revista La Serranía.

La Sima del Diablo. Exploración y equipamiento- Júzcar

Este artículo es complementario, gracias a una afortunada coincidencia, del publicado en el número anterior de La Serranía, escrito por nuestro compañero Daniel del Río. Si en aquél se trataba la importancia del río de las Súas (o de las Zúas) como enclave hidrogeológico con múltiples significacione…


Más información aqui